El uso más frecuente del concepto de primicia se encuentra actualmente en el ámbito del periodismo. Se considera que una primicia es una noticia que un periodista o un medio de comunicación informa antes que nadie: por lo tanto, al pronunciar la primicia, la gente se entera del hecho en cuestión y tiene conocimiento sobre él por primera vez.
Por ejemplo: “Un diario alemán dio la primicia de la renuncia del Papa Benedicto XVI”, “Tengo una primicia para darte: el delantero argentino firmará con un club italiano”, “El jefe me pidió que lleve primicias a la redacción, pero aún no me enteré de nada interesante”.
Obtener una primicia suele ser un logro para un periodista. Para esto, debe consultar diversas fuentes que le permitan acceder a la información
antes que otros colegas. El afán por publicar una primicia, sin
embargo, puede llevar a la difusión de información sin verificar, lo que
supone una falta al profesionalismo.
El término primicia suele estar ligado a las noticias acerca de la farándula,
o sea, del mundo de los famosos. Aunque éste no sea el único ámbito en
el cual se utiliza ni el más correcto, ciertas cuestiones culturales nos
llevan a realizar esta asociación de manera casi inconsciente.
Las primicias del mundo del espectáculo están lejos de ser verdaderamente relevantes, aunque esto no se refleja en el volumen de gente que las consume. Entre los temas
que suelen tratarse se encuentran las cirugías estéticas de los
famosos, detalles acerca de sus relaciones de pareja, anuncios de
embarazos o divorcios, peleas en televisión y ataques de divismo. Como
puede esperarse, dichas noticias se esparcen con mucha facilidad,
especialmente en la actualidad, gracias a la inmediatez con la que
Internet nos permite comunicarnos y transmitir la información que nos
interesa.
Claro que este concepto también encuentra un uso más serio y responsable,
incluso cuando se refiere a novedades relacionadas con los famosos. Por
ejemplo, el anuncio de que un determinado actor ha sido escogido para
un importante papel en una película muy esperada por el público también
es una primicia; en este caso, no se trata del resultado de hurgar en la
vida personal de una estrella para desvelar sus secretos más
comprometedores, sino de promocionar un logro que ha tenido a nivel profesional, con lo cual el carácter es completamente diferente.
Fuera
del espectáculo, cuando se habla de primicias puede existir un doble
mensaje: por un lado, la intención de comunicar una determinada noticia
al público; por el otro, dejar claro que nadie ha obtenido dicha
información con anterioridad. Esta búsqueda de reconocimiento por la destreza de “ser los primeros” resulta mucho más difícil en la actualidad que hace un par de décadas.
Las redes sociales y los blogs son espacios en los cuales cualquier
persona puede publicar contenido ajeno y manipularlo con facilidad; esto
afecta tanto a los periodistas como a los protagonistas de las
noticias, ya que resta la necesidad de consumir el material original y puede tergiversarlo de manera que afecte la imagen de las personas implicadas.
En el lenguaje coloquial, también se llama primicia a aquello que se cuenta por primera vez: “Vamos a darte una primicia: Juana está embarazada”, “Lara me dio la primicia y me aseguró que emigrará a Nueva Zelanda”.
Cabe destacar que estas acepciones del concepto de primicia están
asociadas a un significado original, ahora poco frecuente. Se llamaba
primicia a la ofrenda
que algunas culturas prehistóricas concedían a sus divinidades cuando
surgían los primeros frutos de la cosecha o cuando nacía un animal.
De este modo, se empezó a denominar primicia a los primeros frutos o las primeras crías y luego el término pasó a mencionar diversas cosas que resultan inéditas, novedosas o no conocidas.
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